martes, 12 de septiembre de 2017

Reiki, Tai Chi y trabajo interno


Una bella trilogía. Tres pilares fundamentales en mi vida.

El trabajo interno, ese que descubrí con claridad en el 2008, aunque desde el 2007 lo percibía, luego de leer “Ami, el niño de las estrellas”. Siempre en mi vida desde ese momento. Bueno, en este caso, “siempre” no significa “a todo momento”. Incluso, con grandes lapsus, pero retomándolo finalmente. Atención a mí mismo y exterior. Amor en el corazón. Tratando de que convivan aceptablemente el centro motor, emocional e intelectual. Y también, lo que me motivo a escribir mi libro, Conocete a vos mismo: expresar tanta información que tenía adentro y necesitaba compartir.
Tai Chi, que llegó luego de un intento frustrado de aprender Aikido. Lo que ocurrió fue que donde me inscribí daban Hapkido y un mix de Aikido. Pero en el Hapkido hay golpes, cosa que en el Aikido casi no. La tercera clase, al empezar a practicarlos, ya no fue lo mismo y dejé. Buscando una alternativa más tranqui para llevar mejor la reciente descubierta hipertensión (hablo del 2016), me decidí por Tai Chi, un poco resignado. Y parece que cuando uno no pone demasiadas expectativas, o no muy altas, las gratas sorpresas aparecen. ¿Cómo iba a imaginar que estaba aprendiendo más que una disciplina espiritual? Sí: un arte marcial chino de origen milenario. Claro que acá no se suele dar la parte de combate, pero uno puede imaginarlo con los movimientos de las secuencias, aunque en “cámara rápida”.

Reiki, el último en llegar. Lo conocía por parte de Ana, una amiga de mi mamá, que cuando fui para que me haga masajes terminó haciéndome Reiki. Ella me explicó en aquel momento que con esa fiebre que tenía, no convenían los masajes, porque me la podía desparramar por todo el cuerpo (o eso recuerdo que me dijo). Esas manos calientes que no me tocaban, me sorprendieron totalmente. Estaba tan hecho pelota que terminé por ceder a aquello que ella me había dicho que podía pasar: si te dan ganas de llorar, hacelo tranquilo. Luego de terminada la sesión, me sentía renovado, libre, aunque todavía un poco enfermo. Pero fue también en 2016 cuando me decidí a hacer los 2 primeros niveles de Reiki, con una Master que era alumna del maestro de Ana. Ando con ganas de aprender el último, aunque todavía no me decido.

Bien, luego de la introducción, debo decirles que me gustaría que esta trilogía la pueda usar para ganarme la vida (sumando a los cursos “oficiales” de masajes para poder ejercer correctamente). El trabajo interno es algo que cualquiera puede hacer, pero si no hay o si no hubo alguna vez un Maestro de carne y hueso que señalara cosas, incluidos tirones de orejas, es difícil avanzar. De todas maneras, aun así uno no tiene nada asegurado. Y con esa importante claridad en el polo Consciencia, más la aportada por la importante clave Dios=Amor, el master Don EB fue una gran inspiración en mi vida. Aparentemente, solo me tendría que “mandar” para difundir esta Enseñanza, aunque no es naaaaada de fácil. Más teniendo en cuenta que no es solo buscar alumnos y enseñar, esto es diferente: la puerta angosta. Ya veremos cómo se da.

En cuanto al Tai Chi, me ayudó mucho a mejorar mi movilidad. Acostumbrado a más acción, como jugar fútbol o algún otro deporte e ir al gimnasio, el Tai Chi más los ejercicios de Chi Kung le dieron un giro al control de mi cuerpo (y también de mi mente y alma. ¡Cómo los 3 centros del 4 Camino! Qué casualidad tan causal)… El Sifu (maestro) consecuente con lo que expresa con sus palabras, transmite tranquilidad y a la vez tiene un equilibrio entre ponerse firme y bromear. A pesar de las risas que pueda haber en clase, tiene la autoridad necesaria para pedir silencio cuando no corresponde hablar. En fin, para llegar a enseñar alguna vez esta bonita arte marcial me di cuenta que hace falta muuuuucho tiempo de práctica. Bah, como con Reiki y Trabajo Interno, solo que en estos tengo un poco más de camino andado.

El Reiki completó la trilogía. La maravilla de manejar energías, más precisamente, la Energía Universal. Yo lo veo como Magia Blanca (Magia para sanar y no para dañar). A mi Maestra la he visto 2 veces de manera personal solamente. Sin embargo, me he comunicado varias veces para pedirle consejos y ella siempre servicial. Esta Magia que me “entregó” es espectacular. También, los Principios del Reiki, que a veces me olvido de practicar… Cuando me decida, voy a hacer el último nivel para poder enseñar también, aparte de poder hacer Reiki.

En fin, son 3 cosas muy importantes que pueden ayudar a la vida de cualquiera. Por dar un ejemplo, la adaptación a los cambios es un tema recurrente en el trabajo interno, pero que me suele costar. Me entró más en la cabeza cuando el Sifu dio un ejemplo concreto de la vida (sí, también para hablar con nosotros sobre enseñanzas o experiencias suyas de vida) y dijo: el que se adapta, sobrevive. Duro al ego, pero demasiado real. Y eso me recordó a la resiliencia. Si bien no he tenido, verdaderamente, circunstancias muy complicadas, la he aplicado con efectividad en esos años de arduo trabajo interno.

Bueno, hasta acá llegó el escrito. Era más para expresar lo que significa esta trilogía en mi vida, pero espero que les haya servido lo relatado para sacar elementos importantes. 

Babay.

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