viernes, 14 de junio de 2013

La esencia: el Yo Verdadero

Por diversas situaciones, unas cuantas veces me pasó que llegó un punto en el que quedaba como saturado de situaciones, generalmente, en el trabajo: desde tener que hacer un montón de trámites en poco tiempo, hasta recibir exigencias obviamente desproporcionadas. Esta última me pasó hoy. No a mí en particular, sino a todo el grupo de trabajo. Y yo que venía con mucha energía, para empezar a adelantar trabajo a lo loco (aunque siempre dicen que estamos atrasados) de repente la perdí, por considerar una ridiculez lo que decían. Las injusticias desatan en mí a un feo iracundo interno, a veces en mayor medida que otra. Aunque generalmente esto es más a nivel interno, no llego a expresar ni la mitad.

Después de esta introducción que cuenta parte de mi vida, voy a lo que quería llegar: luego de salir del trabajo, fui aflojando esa furia interna, ya desde antes venía más tranqui, pero con el tiempo se me fue pasando, más al encontrarme con ex compas del trabajo. Y cuando ya volvía a mi casa, arriba del tren, fui reflexionando la situación. Y llegó ese punto en el que sentí como un vacío interior, de esos que ya mencioné en un texto anterior: http://jolutu.blogspot.com.ar/2013/05/vacio-interior.html. Así me di cuenta que estaba entrando en un estado en el que me iba a sentir como si no me importara nada... Pero solo por un rato. Y justamente es ahí donde sale a relucir LA ESENCIA. Lo más puro, lo más real de uno mismo, por qué no “el Yo Verdadero”. Así logré motivarme para escribir este texto, aunque en ese momento estaba como bajón. Es increíble la capacidad de transmutación de estados negativos a positivos que tiene el ser humano. Solo que muchas veces no nos damos cuenta.

Bueno, la esencia sale a la luz cuando el ego ya no tiene nada más que hacer. Este último, lamentable-mente, es el estado en el que solemos vivir, aunque le duela a más de uno reconocerlo. Pero cuando pasa una situación que nos desborda, se tiene la oportunidad de “acceder” a la esencia. Más bien, recordar que la tenemos, que siempre está allí, pero que olvidada y sepultada debajo de tanto ego. Después, seguramente volveremos al estado anterior, pero estaremos fortalecidos por la situación aprendida. Esperemos que también esté “aprehendida” y que recordemos la experiencia en un futuro.

No me voy a cansar (aunque sí a cansarlos) de decir una y otra vez que los más chicos son pura esencia. Inocencia, esencia, son lo mismo. Pero la primera muchas veces es vista como un defecto (que mal y llenos de ego que estaremos para legar a pensar eso)... Claro que si no adquirimos experiencia acerca de cómo se vive en este mundo, la podemos pasar mal. Punto medio, entonces.


Para finalizar, solo recordar que cuando le decimos a alguien que use el sentido común, le estamos recordando que debería actuar más acorde a su esencia, a su Yo Verdadero. Con actuar de vez en cuando como SOMOS DE VERDAD, basta, ya habremos hecho mucho más que la mayoría de la gente.