domingo, 20 de enero de 2013

JUSTICIA DIVINA Y TERRENAL


Más de una vez hemos oído hablar de la justicia basada en la ley escrita. Sobre todo, cuando escuchamos hablar acerca de las autoridades: “La justicia dictaminó que...” (verán qué poco respeto le tengo a esta “justicia” que ni mayúscula le pongo). Pero basarse en la letra muerta escrita en un papel no parece ser lo mejor, al menos para mí. Y más si observamos que las leyes tienen que ser escritas con palabras demasiado formales, difíciles, de esas que no se usan ni remotamente en el lenguaje cotidiano. Pero dejando de lado estas opiniones personales, es cierto que una guía tiene que haber, si no, todo sería cualquier cosa. Sin embargo: ¡Qué tan fácil sería que todos nos unamos y que todo sea un maravilloso espectáculo! Ah, no, cierto que esas cosas son utopía, y que lo normal es justificar envidia, egoísmo, celos, hijaputez (¿clarito?), etc.

Y todo esto trae muchas ganas de hacer justicia por mano propia, o sea, justicieros/as. Generalmente, esta gente PIENSA que actuaría así, no es que haga en la práctica lo que suele decir (afortunadamente, porque hay cada mentalidad)... Yo me reconozco ese defecto: justiciero. Que no es lo ideal, porque lo ideal sería ser justo, que es el antónimo, aunque no lo parezca. ¿Y cuál es la diferencia? El justo trata de ser imparcial, según valores morales y éticos más o menos objetivos aunque, claro está, son SUS valores los que dictaminan lo que le parecerá justo, pero en fin, un intento de imparcialidad hay. En cambio, el justiciero busca imponer su idea de justicia, la cual puede estar desacertada. En todo caso, imponer no es un lindo término y allí estaría el error. Además, se basa en valores totalmente subjetivos acerca de la idea de justicia.

En cambio (y haciendo un importante giro) en la Justicia Divina está todo más que claro. Sí, la de Dios, Universo, Karma, etc. No importa el nombre, más bien los hechos. Muchos creen que no es tan así la cosa, otros se resignan y “Dios sabe lo que hace”. De esto último, ni hablar, pero he constatado como todo vuelve, como dice la canción de Axel. O como dice el Sexto Principio Hermético, o la “ley del bumerang”, o el karma... este último ya lo había mencionado. En fin, todo está perfectamente relacionado, aunque nuestra mente no esté concebida para comprenderlo. Y cuando queremos razonarlo, nos perdemos en cien mil pensamientos distintos.

Se me olvidaba lo que muchos esgrimen como fundamento contra estas Leyes Universales: famosas escorias de la humanidad, viviendo mucho tiempo, con aparentes lujos y cantidad de amigos y bienes materiales; mientras que gente de bien pierde su trabajo y tiene otros problemas. En este caso, si diría: “Dios sabe lo que hace”. Pero solo para no andar explayándome mucho. Acá, como es por escrito, me es más fácil y les explico mi idea: todo está perfectamente relacionado. Lo que pasa está enlazado de una manera impresionante, aunque no concebible para nuestra mente racional. Ejemplo (extraído casi literalmente de un libro de Enrique Barrios, aunque no recuerdo cual):

Un ladrón de un banco es abatido por la policía y muere al instante. Karma para el ladrón: tal vez, por haber asesinado en esta u otra encarnación; además para que aprenda que no debe robar. Ya tendrá su oportunidad más delante de redimirse. Karma para el policía que disparó: el haber matado a alguien, por más ladrón que sea, le jugará una dura pasada en lo psicológico. Ahí, el puede hasta decidir no ser más policía, o hacer custodias menos peligrosas por su cuenta. Y le podemos añadir una más: karma/advertencia para uno que pasaba por ahí: al no andar bien económicamente, había pensado que podía robar algún banco o joyería y que eso sea a lo que se dedique en la vida, pero al ver esta situación, desiste.

Solo puedo decirles que uno de los grandes problemas está en que los seres humanos evolucionamos, pero los sistemas atrasan siglos. Y ahí es donde se genera la insatisfacción, frustración, las ganas de hacer justicia por cuenta propia. Solo puedo recomendarles autoobservación, que les va a ayudar para detectar cuando andan vibrando bajo, para intentar transmutar emociones o pensamientos negativos. A veces saldrá, a veces no, pero con intentarlo, ya habrán dado un paso gigante. Y con la práctica, podrán evitar contaminarse internamente y serán más libres de hacer lo que les plazca.