martes, 25 de diciembre de 2012

El escrito sin filtros


Habitualmente, me suelo medir en los escritos que hago. O sea, edito y reedito partes para no ser tan bestial en algunas cosas que escribo. Pero no será tanto el caso en esta oportunidad. Por eso, advierto:

ESCRITO EN EL QUE ME EXPRESO DE MANERA BESTIAL

Me falta desarrollar más la TOLERANCIA, de eso estoy seguro. El tema es que, a pesar de eso, creo que es muy cierto que la gente en general es muy hija de puta, una verdadera mierda, poco solidaria, a lo sumo, hace las cosas por careta, o sea, solo sigue el libreto no escrito de las cosas que “se deben hacer” para quedar bien... en síntesis: títeres, muy pocos se salvan e intentan ser protagonistas. No me refiero a protagonistas para destacarse por sobre los demás (aunque, sin querer, lo terminan haciendo), sino a ser lo suficientemente valientes para poder querer cumplir sus deseos más anhelados.

- Olvidate, eso no lo vas a poder hacer porque...

- ¿Y por qué no voy a poder? ¿Solo porque vos sos tan cagón que no te animás a intentarlo? O tal vez sea otra cosa... Vos tuviste una mala experiencia en tu vida y creés que eso se aplica exactamente a todos los seres de la Tierra. Estás equivocado, es TU karma, no el mío, así que bancátelo. Prefiero no conseguir lo que estoy buscando pero habiéndolo intentado. Y como yo sé que el Universo es sabio, si algo no me conviene, no lo voy a obtener, o al menos, no por ahora.

Como verán, no es el típico diálogo con humor que suelo poner. Incluso, en la respuesta se ve la mezcla de un tipo que tiene una mentalidad abierta, pero que no aguantó más la bajonera mirada del mundo y lo mandó a cagar al otro... Y sí, no es lo recomendable, ya que suena contradictorio. Pero ya he dicho que hay que INTENTAR ser de tal forma. De ahí a lograrlo, hay una gran distancia.

Y teniendo en cuenta el párrafo anterior, solo me basta recordar situaciones de mi vida (esta vez, me pongo yo mismo de ejemplo):
¿Y a vos qué te importa si soy ovo lacto vegetariano? Yo no te digo nada si comés cadáver de animal y sos cómplice de la matanza innecesaria de los animales. ¿Ah, no lo sabías, no? Tal vez, como tantos otros, no sabías que el cuerpo humano no está REALMENTE diseñado para comer carne, aunque sí se puede hacer igualmente. Está bien, de todas maneras, yo tampoco debería hacerme problema por lo que decís, pero si nos vemos seguido, porque somos compañeros de trabajo... es entendible que me moleste más. ¿Tan pelotuda es la gente que no entiende que no les estoy diciendo que no coman más carne? Que sigan haciendo lo que se les cante el culo, los que acumulan grasas en sus arterias son ustedes...

Y con respecto a la solidaridad, son capaces de ayudar “para la cámara” (aunque no haya ninguna), ya que la ayuda real no la prestan. También me pasa, particularmente, que tengo muy arraigada en mí la igualdad; por lo que me molesta que se le preste ayuda innecesaria o no requerida a las mujeres. Porque, asimismo, esos caballerosos después opinan que son todas iguales y que esto y el otro...yo prefiero tratar a las mujeres VERDADERAMENTE como iguales. Y por parte de ellas, decir que quieren igualdad cuando les conviene, porque si no, tratan de sacar ventaja de la antigua posición de “complemento” (en lugar de iguales, como es ahora y como corresponde) del hombre y de frágiles y quieren tratos especiales.

Pero bueno, en el fondo, yo también tengo parte de todo lo que he criticado. No voy a desmenuzarlo, porque no terminaría más, pero como me han enseñado a observarme a mí mismo, he notado que lo tengo. Y que no es tan fácil evitar tener determinadas actitudes (cada ser humano tiene más flaquezas en una cosa que en otra), pero con intentarlo y tratar de no cometer los mismos errores, basta. Por cierto, así como dije lo que dije de la gente en general, lo real es que dentro de cada ser hay una bondad infinita. Pero si expresamos nuestra parte animal por sobre la estelar... Ahí nos metemos en problemas.

Ya bajando los decibeles (como habrán notado), les comento que hice este escrito que hace rato tenía ganas de publicar porque uno a veces no puede transmutar y reprime. Transmutar sería cambiar un pensamiento o sentimiento negativo por uno positivo, “dándose” argumentos lógicos uno mismo sobre por qué no es correcta tal actitud, como puede ser: sentir celos, tener falso orgullo, rabia, etc. Y en lugar de reprimir el sentimiento o pensamiento negativo, lo estaríamos cambiando por una actitud más acorde. Cuando no podemos transmutar y, en cambio, reprimimos, lo que nos ocurre es que creemos que ya no sentimos furia, venganza, tristeza, etc., pero en realidad SÍ que está eso dentro de nosotros. Luego, en algún momento, explotamos y lo largamos, pero todo junto.
Y es justamente por eso que hice este escrito: porque sentí la necesidad de largar esas cosas. Si seguía acumulando, iba a explotar. O a decirles palabras feas a personas que no lo merecían. Sabemos que no es lo mismo expresarse en un texto que a los gritos, sobre todo, cara a cara, así que me pareció la manera más light de depurar todo esto.

Saludos, que la próxima vuelvo con un texto más inspirado.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Sobre la aceptación de los demás y de uno mismo


Creo que este tema es muy importante. Porque sabemos que es muy común buscar la aceptación de los demás. Esto se da de muchas formas: buscando la aprobación del otro (ya sea con la mirada, los gestos o el sentir interno) para hacer o decir algo, querer que acepten nuestra opinión a todo costa (como la única e irrefutable), que hablen bien de nosotros tanto de frente como cuando no estamos presentes, etc. Pero, ¿qué otra cosa podríamos hacer? Si es eso lo que nos han enseñado. Está bien, es cierto, los padres a veces dicen que no nos tienen que importar las opiniones ajenas. Claro que, al minuto de decir eso, nos van a decir que no actuemos de tal manera para que la gente no nos mire extrañada... ¿EN QUÉ QUEDAMOS?

Una vez más, mi recomendación sería buscar el punto medio. En este caso, no dejarse llevar siempre por la opinión ajena. Claro está: tampoco cerrarse a escuchar a los demás, porque más de una vez van a ayudarnos a ver con claridad cosas de las que no nos daríamos cuenta solos.
Por otra parte, tampoco deberíamos caer en el error de no darle importancia a nada de lo que digan los demás, porque chocaríamos constantemente. Si nos ponemos en el lugar del otro, entenderemos qué molesto sería que alguien no quiera escucharnos y se cierre en sí mismo permanentemente.

Pasemos ahora a la aceptación más difícil: la de uno mismo. Y digo que es la más complicada porque muchas veces vamos a creer que ya nos aceptamos a nosotros mismos cuando, en realidad, no es así. Y esta es una gran equivocación: si uno se observara más seguido a sí mismo, tanto sus pensamientos como sus emociones, se daría cuenta de la baja autoestima que tiene (la autoestima es otro escrito que tengo rondando en la cabeza y que vendrá más adelante). Una vez más: la sociedad nos ha metido eso en la cabeza; como para no meter en el embrollo siempre a los padres. ¿Cuántas veces nos han dicho que no servimos para algo? Ejemplo:

- A vos no te va a dar bola.
- ¿Y por qué no?
- Porque no.
- “Porque no” no es una respuesta...
- Ok. No te van a dar bola JUSTO A VOS...

En esta simpática (o no tanto) dramatización, se da una clara charla cotidiana. Sin darse cuenta, una de las personas menosprecia a la otra, sin percatarse de que, tal vez, es ella misma la de baja autoestima y, por ende, está reflejando en la otra persona su poca fe en sí misma.

Entonces, resumiendo: intentar no darle demasiada consideración a lo que dicen los demás. Pero estemos atentos a lo que escuchamos, es decir, tomarlo con pinzas. Porque no sabemos cuando puede sernos útil tal consejo. Otra cosa: no creer que los amigos o familiares siempre tienen razón en lo que dicen. Muchas veces, por el afecto que sentimos por ellos, damos por sentado que algo que expresan es verdad, sin medir si lo que están diciendo es erróneo, tal vez, víctimas de emociones negativas con tal persona o situación.
Y recordemos no ir al choque, permanentemente, con las personas. Los demás, como nosotros, también necesitan ser escuchados, aunque apenas prestemos atención a lo que nos dicen. Aunque procuremos, por lo menos, que parezca que escuchamos...

viernes, 14 de diciembre de 2012

El machismo reinante


Aún en estos tiempos... todavía existe, sí, sí, en el siglo XXI. Esa actitud que pone al hombre por sobre la mujer, como si fuera verdad que es superior, pero esto viene de antaño. Claro, cuando se creía que el físico lo era todo. Y como el hombre tiene más fuerza y destreza física, entonces dominaba. Domina, quiero decir, aunque lo bueno es que esto está cambiando. Lo malo es que en donde no domina el hombre, lo hace la mujer. ¿Y dónde está lo malo? En que deberían haber muchos más ámbitos en donde la cosa no sea femenino o masculino sino femenino “y” masculino.

El tema de la mentalidad machista no es solo de los hombres (de mayor edad, generalmente), ya que las mujeres también suelen criar a sus hijos e hijas con mentalidad machista (acá también tiene que ver la edad, aunque en ambos sexos influye más como fueron educados que la edad en sí). Y un tema ligado tiene que ver con la violencia. Lamentable-mente, en los últimos tiempos nos enteramos de muchos casos de violencia de género de maridos contra sus esposas. Esto, demás está decir, es totalmente repudiable. No solo por la violencia, sino también porque es obvio que si el hombre tiene más fuerza física, puede lastimar más gravemente a la mujer. Aunque si el caso es a la inversa, parece que es gracioso, por lo menos, así lo acepta la sociedad... ¿Es gracioso que un hombre reciba maltratos de una mujer? Planteado así, creo que es más que lógico que no... ¿Y las agresiones entre personas del mismo sexo? Están mal vistas las peleas entre mujeres, no tanto entre hombres. ¿Por qué?

- Es natural.
- ¿Es natural que 2 seres potencialmente razonables utilicen la violencia?
- Bueno, no quise decir natural, sino normal.
- ¿Normal? El mismo planteo de antes...
- ¿¿¿Bueno, y entonces QUÉ ES? (Parece que este troglodita se está enojando... mejor le damos la respuesta)...

Es HABITUAL verlo, aunque no necesariamente natural o normal. Porque la Naturaleza no favorece esto. Ni siquiera entre los animales, aunque uno pueda ver peleas. Estos no se pelearían porque alguien le dijo a otro tal cosa (cuestión de ego, típico de humano) sino por otras tonterías menores, pero no son seres pensantes. Uno que es humano, debería aprovechar y discernir. Y para que quede definitivamente en claro: no debería justificarse tal o cual agresión de un sexo hacia otro o hacia el mismo, porque LA VIOLENCIA SIEMPRE LO ES...

Volviendo un poco más al tema central, no se suele aceptar que mujeres estén en lugares que, habitualmente, eran exclusivos de hombres. A saber: periodismo deportivo, presidentes de empresas o de la Nación, al frente de determinados grupos, etc. Toda esta mentalidad ya está OXIDADA y no por falta de uso, que le sobra, sino por vieja y descartable.

Mensaje dirigido a los hombres: Piensen en “sus” mujeres (no lo digo en forma posesiva, la idea es que recuerden a esposas, familiares, amigas, compañeras de trabajo, mujeres en su entorno). Ahora, traten de recordar el afecto, en mayor o menor medida, que sienten por ellas. ¿Les parece justa la mentalidad machista? Mientras piensan...
Mensaje dirigido a las mujeres: Piensen en todas las mujeres, incluidas ustedes: ¿Les parece justa la mentalidad machista? ¿Y la “hembrista”? (Término inventado por mí para denominar a quienes creen que la mujer es superior... eso no es feminismo, que en realidad surgió como búsqueda de igualdad entre sexos).
Mientras los muchachos enganchan la frecuencia de lo que les pedí que razonen, en vez de perderse en pensamientos de los partidos que se vienen o de la cola y las tetas de sus compañeras de trabajo y las chicas intentan pensar mientras recuerdan que linda remerita había en ese local y qué bueno sería tener 10 pares de zapatos más, continúo:
Más allá de la broma expresada recién sobre las cosas en las que piensa cada sexo, está bueno destacar que, para un futuro mejor, entre tantas cosas que se deben mejorar habría que conseguir que se comprenda la vital importancia de la unión entre las mujeres y los hombres.

Es cierto que las diferencias, sean físicas, intelectuales o emocionales, por algo están. Estas reflejan que ambos sexos son complementarios, y aquí no me refiero a gustos sexuales. Me refiero a que, para un éxito garantizado, hay que usar la unión de estos 2 “polos”. Porque mucha energía del mismo sexo junta, genera mucha testosterona o muchas críticas, dependiendo del caso de cada sexo... La unión, puede generar una linda sociedad si cada uno aporta lo mejor de sí; o sea, en vez de separados, complementarios.

lunes, 10 de diciembre de 2012

El tiempo y su velocidad... real...


Hace unos días volví a escuchar la expresión de que los años se pasan rápido. “Okey”, no voy a negar que nos puede dar esa impresión a todos; o al menos a la mayoría. Pero si nosotros volvemos al recuerdo de lo pasado y podemos VIVENCIAR lo acontecido (porque seguramente andábamos “dormidos” y, en su momento, no lo hicimos) probablemente notemos que el tiempo no pasó tan rápido. ¿O sí? A lo mejor, de todos modos, el tiempo parece haber pasado rápidamente. ¿Y por qué se da esto? Sencillo, se los voy a decir y gratis, de generoso que soy. Bueno, no tan free, tal vez haya que pagar, porque la conexión a Internet no es gratuita...

En fin, la cuestión es que el tiempo nos parece que pasa volando porque... ¡¡¡Nuestra mente es la que vuela!!! Ajap, a mil por hora, o más todavía. Incluso en los días de vacaciones uno suele estar con mil pensamientos, pero de otras cosas, no de las habituales. Es una lástima, porque si no nos desenganchamos ni siquiera en las vacaciones, la mente sigue sin tener un descanso real. Así que si no somos capaces de calmar a la loca-“mente”, difícilmente (difícil, pero solo para la mente...) podamos vivenciar alguna situación de manera real. Aunque tampoco irse al extremo: Por ejemplo, si en el trabajo nos piden tal cosa importante lo más rápido posible y no la hacemos con cierta velocidad, sentido común mediante, ya seríamos unos bobos... entonces, la idea sería que tomemos las cosas con más calma y en un punto medio. Fácil, ¿no?

Yo puedo decir que soy calmo, todo un pancho :-) y es por eso que, por ejemplo, me tomo mi tiempo al bañarme. Porque disfruto el baño. No puedo decir lo mismo sobre comer, cosa que recién estaba haciendo mientras escribía y eso que nadie me apuraba, en lugar de disfrutar de la comida y luego escribir. El apurado soy yo que quiero ir al gimnasio, pero la prioridad es escribir esto que tengo en la mente, porque si no después me olvido gran parte de ello o no tengo la inspiración; ahora sí, porque es EL MOMENTO, ténganlo en cuenta los que gustan de escribir.
Pero volviendo a la cuestión, si no nos detenemos a disfrutar más de las cosas, los años van a pasar LITERALMENTE volando. Aprovechemos para disfrutar de todos los momentos que podamos. Cualquiera, ¿eh? Yo recién venía caminando, todo emponchado y cargado hasta las tarlipes y, sin embargo, se me ocurrió disfrutar del trayecto desde la verdulería hasta casa, unas 2 cuadras. ¿Muy simple? Sí, demasiado tal vez, pero es que justamente ese es el tema: no tiene que ser algo complicado o muy grosso para que disfrutemos, o puede que sí, pero si no ponemos manos a la obra, práctica, de nada nos va a servir leer esto. Porque la teoría puede ser muy linda para acumularla en el cerebro, pero si no ponemos manos a la obra, no nos terminará siendo útil.

Entonces, a recordarlo: desacelerarse y lograr disfrutar al máximo de cualquier momento; sobre todo, de los más lindos. Ahí cada cual tendrá su gusto, pero si se observaran a sí mismos, se darían cuenta que ni de los lindos momentos disfrutan realmente. Y eso por andar recordando algo que pasó (el recuerdo, pasado), mirar a una chica linda que pasa (presente, pero sin atención real al momento) o maquinarse con que un tsunami podría venir y arrasar todo a su paso (futuro, lo más tonto, porque nadie conoce lo que vendrá) no tiene utilidad. En cambio, tratar de mantenerse en el momento presente, con la mayor atención posible, es una de las claves para pasarla bien (para disfrutar en general me refería, ¿eh?).

domingo, 25 de noviembre de 2012

¿Ser o parecer/demostrar?


No sé si les resultará claro lo que voy a afirmar, pero ahí va: durante toda nuestra vida, representamos distintos personajes, aunque el “yo” más verdadero, más auténtico, rara vez sale a la luz. Ah, me van a decir que sí sale, por ejemplo cuando somos espontáneos. No sé, sigo creyendo que no. Porque si alguno recordó algún pensamiento negativo asociado a tal situación (con la correspondiente emoción que sentimos), es posible que le “cante” unas cuantas verdades a tal persona, aunque no significa que, necesariamente, haya expresado a su verdadero ser. Solo expresaba lo que le molestaba, que no está mal, al contrario: está bueno plantear las cosas de frente, nada más que hay que buscar un punto medio. Porque si vamos a andar diciéndole a todos lo que nos molesta de ellos, imagínense que la persona de enfrente también va a aprovechar y nos va a retrucar con una cuantas cuestiones...

Hay otra forma de expresar algo no real de uno mismo: el simular ser, por ejemplo, una persona dura, con “carácter”. O pasársela en (casi) permanente conflicto, como esas personas que conocemos que se la pasan disminuyendo o menospreciando a los demás. “¿A quién le vas a hablar así, vos?”. El popular: “¿Quién te creés que sos?”. Y muchos ejemplos más. Esta gente se justifica diciendo que lo hace en joda... “Ayyyy, ¿no te aguantás una broma?” O si no, también: “Es una broma” o “Lo digo en broma, no te enojés por esa boludez”... claro, si juntamos las veces que lo que dicen va “en broma”, se hace como molesto... Pero en fin, estas personas que menciono que se relacionan mediante el conflicto suelen esconder dentro suyo un complejo de inferioridad muy grande. A veces, tiene que ver con el físico. Y a veces no, ya que hay personas “lindas” (entre comillas, porque la belleza física es relativa) que también son así, nada más que disimulan defectos, o sea, falencias internas. Pero en ninguno de los casos las personas se dan cuenta, o sea, no lo hacen a propósito ya que no son conscientes de ello.

Entonces, una buena idea sería intentar observar cual es... mmm, digamos la ESENCIA de cada uno, el ser real. Cuanta gente se agarra de la excusa “yo soy así” y dice, como mencionábamos, unas cuantas cosas a otra persona. Claro que a este individuo no le puede gustar y a lo mejor empieza a batallar, o sea, a responderle... y no termina más, salvo que uno de los 2 se canse, o que gane por nocaut... Pero esta última opción no está muy buena que digamos.

Hay más ejemplos, como quienes son celosos y se justifican pensando que esos son “ellos” (o ellas) y que si no se comportaran así, no serían “ellos” (o ellas, nuevamente lo aclaramos); quienes reaccionan de mala manera porque sí, levantando la voz o gritando, etc. Aunque mejoré al respecto, yo he tenido eso de levantar la voz, de hecho, lo tengo, lo bueno es que ahora me doy cuenta o me lo hacen dar cuenta, y lo reconozco (por ejemplo: andaba gritando y esa voz alta va disminuyendo y calmándose). Por lo tanto, estaría bueno que hubiera más auto observación. Yo no solo lo escribo o digo, también lo PRACTICO, sin éxito a veces, como lo mencioné, pero no por eso me rindo, porque si no, ahí sí, fuiste. Ya he mencionado varias veces que lo importante en el Trabajo Interno es la práctica. Y la constancia también.
Tonces... menos mirar la paja en el ojo ajeno y más mirar la viga en el culo propio, como dijo ese señor José María Domínguez (o Juan... ¿O se llamaba Claudio? Tantas veces le cambiaron el nombre que no me acuerdo :-)... bueno, en fin, repito: a practicar más la AUTO OBSERVACIÓN, por si no me había expresado claramente. Porque de esta manera, podemos empezar a corregir defectos y potenciar virtudes. Así vamos a encontrar al yo más verdadero y lo vamos a poder expresar.

viernes, 9 de noviembre de 2012

¿Ser “normal” o encontrarse a uno mismo?


Ya el título va directo a la cuestión, como para hacer la cosa más clara y no dar muchas vueltas. Así que explico lo que me parece: lo que la gente considera que es ser una persona “normal” es totalmente opuesto a lo que significa actuar desde el verdadero ser. Para esto último, sería muy útil encontrarse uno mismo, o al menos intentarlo. Entiendo que parece cosa de locos lo de “encontrarse a uno mismo”... me refiero a actuar desde el verdadero ser, o sea, la esencia y no desde la personalidad. Esto sería, tratar de proceder de acuerdo a lo que a uno le dicta el alma y no a lo que le dictan los demás... claro, porque la personalidad se aprende, esto quiere decir, es lo que no enseñan los demás acerca de cómo se debe vivir. El problema de esto es que ninguno puede saber por sí mismo si lo que le enseñaron está acorde con el fluir natural del Universo. Por supuesto, porque si aprendieron mal, ¿cómo salir del error?

Para entender como actúa la Naturaleza, por lo menos en mi caso, trato de guiarme por el Amor. Vamos a tener que denigrarlo dándole una especie de definición, si así se quiere llamar: el Amor es Dios, el Todo, el Universo, la Creación... claro que si todo es Dios, si todo es Amor, ¿por qué existe el “mal”? Digamos que, lo más preciso, sería decir que existen distintos grados de acercamiento o alejamiento del Amor, como para no caer en el error de ser extremista mental (blanco-negro, femenino-masculino, bien-mal, etc.) y olvidarnos de los puntos medios.
Entonces, el “mal” sería un grado bastante alejado del Amor, entre los cuales también se presentan distintos grados de mal, a su vez... ¿La estoy complicando o sigo? Bueno, sigo (se respondía solo... quesevasé). Entonces, actuar acorde a lo natural vendría a ser responsabilizarse de ser una criatura que puede discernir y amar de una manera más consciente. Bueno, por lo menos, potencialmente, ya que no se ve mucho de eso. Porque no es natural que lo machos peleen por sus hembras ni que anden marcando territorio, como si no fuese suficiente grande el mundo y como si la tierra perteneciera realmente a alguien (no, no me refería a los animales a secas sino a los animales humanos). Si sería natural vivir como hermanos, compartiendo todo y sin necesidad de dinero, por ejemplo. Ah, ¿no? Claro, dirían que es una utopía, una locura. Lo que no pueden ver es que locura y enfermedad (del alma y de la mente) es lo que pasa actualmente: las guerras, la droga, las violaciones, los asesinatos, etc. Porque eso no es normal, si uno despierta un poquito a la realidad real... de un ser natural, no deformado por la civilización.

En las conversaciones, las personas suelen querer llegar a un punto en común, generalmente. No hay por qué tener que hacerlo. También está bueno que cada uno tenga su opinión. Allí, no hay punto en común, pero sí tolerancia. A veces, uno puede no ser considerado normal por no opinar como “todo el mundo”, pero recordemos que no hay que tomar tan a pecho lo que nos digan. Lo que nos sirve como crítica constructiva, lo tenemos en cuenta y lo incorporamos a nuestro saber, lo demás, lo archivamos.

Y para culminar, con respecto a “encontrarnos a nosotros mismos” habría que ejercitarse en el delicado arte de la autoobservación y controlar nuestros torbellinos de emociones y pensamientos. No es fácil, pero para lograr llegar al fondo de sí mismo y verse realmente como uno es, hay que observarse de manera sincera y hasta despiadada, para no justificar todas las actitudes que uno tiene como si estuviesen siempre bien.

jueves, 25 de octubre de 2012

Ser alguien...


Cuántas veces escuchamos esa mini frase. Generalmente, acompañada de: “Para ser alguien en la vida, tenés que estudiar”. O de otro modo, pero con igual significado: “Vos no sos nadie para decirle eso”...
Ahora, intentemos definir lo que significa ser alguien. Vamos, ayúdenme, ¿qué significa para uds.? Mmm, me parece que una vez más voy a tener que poner mi opinión, si no me ayudan...

Creo que cuando la gente habla de “ser alguien”, se refiere a los personajes interpretados en la vida; una vez más, caemos en las diferencias entre personalidad (o ego) y esencia. O sea, se habla de ser alguien... importante, o considerado importante. Una vez más, caemos en la trampa de que nos importe la opinión ajena, o sea, el “qué dirán”. Es cierto, hay que ser prácticos: por ejemplo, para ser tomado en un lugar para enseñar alguna disciplina, tanto mejor es tener un título avalado y que esté considerado de más prestigio que solo tener un título de un instituto menor o que se hayan hecho cursos cortos.

Vamos a hacer un pequeño alto (¿pequeño o alto? Cuak) y a intentar reflexionar acerca de si alguna vez menospreciamos a alguna persona por algo. ¿No? Ahhh, ya me parecía: “Qué sabe ese tipo, si solo está vendiendo panchos”. “No le vas a hacer caso al pendejo, es solo el cadete”... Solo son algunos ejemplos, no tienen por qué estar entre la experiencia de vida de todos.

Retomamos. Desde la otra perspectiva, están quienes se creen alguien. Estas personas, pueden cometer el error de pensar que valen más que los demás. A todos nos ha pasado, pero voy a hacer hincapié en las personas de mucho poder (aparentemente): los dueños de grandes negocios pueden llegar a ser muy arrogantes, tratando a sus empleados como basura. Pueden, no significa que lo hagan o que todos sean así. Entonces, estas personas que se creen más, en realidad, parecerían menos ya que, a pesar de “darle trabajo” a mucha gente, suelen: evadir impuestos, vender porquería (tabaco, comida en mal estado, etc.), tratar mal a la gente en general, etc. ¿Valen más, realmente? Parecen una verdadera plaga para la sociedad... ¿Entonces? Entonces, pasa que CADA PERSONA TIENE SU FUNCIÓN EN EL UNIVERSO. Hasta esas aparentes... porquerías humanas, tienen su función. Porque todo esta en armonía. Dios sabe lo que hace, ¿no?
Eso sí: lo bueno sería ir desarrollando el talento para no atraer vibratoriamente a esta gente. Claro, porque ser masoquista y tener que convivir o tener de jefe a estas personas... vamos, que tampoco hay que ser kamikaze...

En fin: cada uno/a debería saber lo que vale. Nos pasa a menudo que nos dejamos influenciar por lo que dicen los demás. Está bien, no podemos andar siempre poniéndonos tapones y no escuchar, porque también está bueno que alguien nos dé su opinión, que va a ser muy provechosa porque viene desde afuera. LA DIFERENCIA ESTÁ EN CÓMO LA TOMAMOS. Y con esto, queda todo redondito, ya que nos debería quedar en claro que somos responsables de nuestras acciones. Sí, afecta lo de afuera, pero el grado en que nos afecte depende de nosotros. ¿Qué, en el trabajo es más difícil? En la familia o con las personas que convivimos lo es más aún, pero vale la pena intentarlo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

¿El tiempo pasado fue mejor? Apego al pasado.



Todo tiempo pasado fue mejor… ¿fue mejor? ¿Seguro/a? ¿No será que eras MÁS JOVEN y podías disfrutar de otra manera ese “tiempo”? Esto va para todos. Y además, es una importante clave. De hecho, no solo eso, sino que mientras más chico era uno, menos obligaciones había (y responsabilidades, aunque estas no son tan malas si uno afina la percepción). Más o menos puede entenderse esta última parte. Lástima que, a pesar de esto, este viejo que está pasando sigue diciendo “Qué épocas, jovencito, no sabe lo que se perdió ud. en la década del 50’ (sociedad altamente machista, más violencia y brutalidad, el “elemento” Amor brillando por su ausencia, que linda época la pasada… aunque dije esa década por decir, no es por nada en especial, mientras más atrás en el tiempo, más cavernícola la gente)…

Pero volviendo a esto de tener menos obligaciones, hay que tener en cuenta que la vida está mal planteada. Me refiero a los sistemas. Lo curioso de lo que digo es que la gente puede llegar a estar de acuerdo con eso, pero ni bien uno intenta sacarlo de su rutinita mental, planteando ideas nuevas, lo más probable es que se pongan a defender este sistema con justificaciones como: “Nooo, pero esto es así”… “Nooo, como va a ser como decís, esto no se puede cambiar”…  Entonces, mejor ni pensar en cambiar, quedémonos con la rutina, la maquinización, lo “malo conocido que bueno por conocer”, ¿no? Este SÍ que es un miedo al cambio...

En mi opinión, es importante la flexibilidad de mente y alma (y de cuerpo, por eso es bueno hacer ejercicio, para mantenerlo activo y sano), así que si uno quiere que cambien las cosas, tiene que empezar por uno/a mismo/a. Sí, lo escucharon y leyeron varias veces, aunque ahora le doy un “tach” (el inglés no es mi fuerte): Si alguien quiere cambiar, tiene que empezar por sí mismo porque si no va a andar solamente teorizando sobre cómo vivir, y “aconsejando” a los demás. No es que esté mal, pero si no miramos nuestras propias fallas también, ahí nos estamos yendo a la bosta (yendo escrito correctamente, con “y”, no como aparece en Internet tantas veces con “ll”)…  Igualmente, no vamos a poder superar TODOS nuestros defectos, así que no esperemos a ser perfectos para intentar transmitir estas cosas: hay que aprovechar las “inspiraciones” y poner en práctica las ideas. Y realizar trabajo interno, o sea, darse cuenta en uno mismo cuando está mandándose una buena y dejar de hacerlo (espero que se haya entendido la ironía). No se trata de reprimirse porque si no “Dios me va a castigar”, eso no existe. Cualquier cosa, lean “Conocete a vos mismo”, libro de mi autoría. Allí por los capítulos 7 y 8 habla sobre estos temas (había que aprovechar y tirar el chivo)…
Retomando: se trata de la PUESTA EN PRÁCTICA de las cosas, que no quede solo en palabras, o sea, en teoría. Ah, sumado a la CERTEZA de que se puede conseguir y a la CONSTANCIA en la práctica.
Saludos cordiales :-)


jueves, 27 de septiembre de 2012

La disciplina (y el trabajo interno)


Habitualmente, se relaciona esta palabra con algo negativo. En realidad, no tiene por qué ser así. Me voy a valer, nuevamente, de la definición de Wikipedia acerca de una palabra:

En su sentido original, la disciplina es la instrucción sistemática dada a discípulos para capacitarlos como estudiantes en un oficio o comercio, o para seguir un determinado código de conducta u "orden". A menudo, el término "disciplina" puede tener una connotación negativa. Esto se debe a que la ejecución forzosa de la orden -es decir, la garantía de que las instrucciones se lleven a cabo- puede ser regulada a través de una sanción. También puede significar autodisciplina, en el sentido de "hacerse discípulo de uno mismo", es decir, responder actitudinalmente y en conducta a comprensiones e ideales más altos.

Gracias Wikipedia. Seguimos con lo nuestro.

Mi idea era hablar de la disciplina como un orden que uno tiene, como una conducta constante para lograr un objetivo. Sin embargo, primero voy a hacer hincapié en la connotación negativa de esta palabra. El problema es que la usan milicos y padres dictadores, digo autoritarios, y cuando la emplean, lo hacen para imponer. Lo que buscan es que su hijo/a aprenda algo, pero lo hacen como amenazando; o sea, tal y como lo dice la definición de más arriba: (la connotación negativa) “se debe a que la ejecución forzosa de la orden -es decir, la garantía de que las instrucciones se lleven a cabo- puede ser regulada a través de una sanción”. En este caso, la sanción va a ser un castigo por parte del padre, lo que presiona y condiciona al hijo.

En la definición de disciplina que yo entiendo, está muy claro que la idea es adquirir una constancia en lo que realizamos, ordenadamente también. Muchas veces me preguntaron como se me dio por escribir mi libro. En medio del relato, yo cuento que casi todos los días escribía un poquito a la noche, de a una página, o lo que se me ocurriera, menos también. Allí la gente me ha dicho:

- Ah, fuiste constante, eso es importante. Es lo que a mí me falta.

Alguno aportó que tuve disciplina a la hora de escribir, lo cual era fundamental. Y sí, en algunas cosas tengo esa constancia. Yo creo que la aprendí mediante el trabajo interno. Este no es tan simple, aunque tampoco es demasiado complicado... en fin, punto medio, como generalmente recomiendo.

El trabajo interno consiste en auto-observarse, de una manera “imparcial”, por así llamarla, cosa nada sencilla. De algún modo u otro, somos subjetivos al vernos los defectos o falencias: “No, es que tengo esta actitud porque...” Y aparecen los por qué, uno tras otro, justificación tras justificación. Ojo, no está mal, ya que está bueno ver la razón de nuestras actitudes. Pero si nos ponemos a justificarnos sin hacer nada al respecto, no conseguiremos nada; por eso, está bueno observarse uno mismo para PONER EN PRÁCTICA la disciplina en el trabajo interno.
No solo los defectos hay que mirar para corregir, sino que también debemos hacer hincapié en nuestras virtudes, motivarnos porque las tenemos (nada que ver con vanagloriarse, que es jactarse, presumir y que corresponde al ego) e intentar potenciarlas. Y una característica del trabajo interno es, justamente, que no tenemos que andar mostrándoles a los demás lo que hacemos, eso es cosa de cada uno. Ahora, si las personas nos notan cambiados y nos preguntan, podemos comentarles lo que estamos haciendo.

Luego de empezar a trabajar internamente, podemos empezar a adquirir constancia. Ah, me olvidaba: para el trabajo interno es FUN-DA-MEN-TAL ser constantes para practicarlo. Porque si no, nos vamos olvidando de lo que descubrimos y empezamos a caer en los mismos errores. Entonces, ahí está la práctica de la disciplina. Y con el tiempo, hasta como que la incorporamos como algo habitual a nuestra vida. Eso sí: los esfuerzos hay que seguir haciéndolos, porque sin GANAS, no hay ni constancia, ni trabajo interno, ni nada.

martes, 25 de septiembre de 2012

Acerca de la experiencia…


Después de recordar diálogos con personas con las que hablaba que me “aconsejaban” (de buena fe) porque tienen “experiencia”, y sobre todo teniendo en cuenta que algunas de ellas están en una situación laboral complicada, se me ocurrió una idea de por qué no se toman en los trabajos a las personas de más de 40. Sí, supongo que además de que, tal vez, haya que pagarles más si tiene hijos, también ocurre que no va a estar dispuestas a hacer ciertas cosas, ya que no están para “hacer cosas de pendejos”.

Y volvemos al tema del derecho de piso: ¡cómo les gusta a los jefes molestar a los nuevos! Pero cuando el “nuevo” no es tan nuevo en la vida... allí se genera un choque de egos (difícilmente salga algo bueno de esto). Y también, será una persona que se crea que tiene mucho para aportar (puede ser) y va a decirle sus ideas al jefe. Esto no está mal, pero hay ocasiones en las que la forma de expresarse termina siendo más importante que en otras. Y digo esto porque si la persona “experimentada” no usa los modos correctos al expresarle su idea al jefe, este último va a pensar que le quiere “enseñar” (sobre todo, si el jefe es más joven). Entonces, pareciera que mejor es tomar a alguien más joven, así se lo moldea a gusto del empleador. Claro que si tiene algo de experiencia (laboral, en este caso), tanto mejor. Pero eso de pedirle, en los requisitos, a alguien más joven una experiencia de 4 o 5 años en tal cosa, y conocimientos de esto y lo otro... vamos, sabemos que eso lo puede tener el jovato, más probablemente. Falta sentido común en los empleadores, también...

Y con respecto a los “experimentados” en la vida cotidiana, se suele padecer a los adultos maduros o a los ancianos. Sobre todo, al primer grupo, ya que tienen un nivel de soberbia muy grande, creyendo que se las saben todas (aunque dicen que no... ¡Quién los entiende!). El problema mayor reside en que creen que TOOOODO lo que les pasó,  indefectiblemente tiene que ocurrirle a TODAS las personas. Pero, ¿por qué? Si uno no tiene por qué caer en los mismos errores. Ejemplo típico:

- Cuando vos fuiste, yo ya fui y vine 5 veces...

Una respuesta inteligente, aunque provocadora:

- Tal vez, pero yo no voy a ser tan bobo de caer en tus mismos errores, para eso, me fijé en los tuyos y no los voy a repetir. Con un ida y vuelta me alcanza...

Tajante, pero efectivo. Después, lo más difícil: cumplir lo que uno dijo. Para eso, hace falta constancia, disciplina. Pero no se trata de cumplirlo para desafiar al otro, para rebelarse. No, esa no debe ser la motivación, porque nos estaríamos dejando llevar, innecesariamente, por la opinión ajena, ya que estaríamos queriendo demostrar algo. Pero sí estaría bueno mostrarnos a nosotros mismos que podemos cumplir lo que decimos o lo que nos proponemos, porque tenemos disciplina.

Y a propósito de la disciplina, será el próximo texto, como para entender que no es una mala palabra sino que, aplicada en la práctica correctamente, puede darnos grandes resultados.

sábado, 15 de septiembre de 2012

La robotización de las personas


Últimamente, vengo notando con mucha frecuencia una robotización alarmante en las personas. No es que uno no sea un poco “robot” algunas veces, pero cuando uno lo nota seguido... ahí se complica. Yo tengo una teoría de las “configuraciones estándar” que andan dando vueltas. Estas se refieren a la personalidad de la gente, no a su esencia, que se debe haber quedado atascada a la edad de 4 o 5 años...
Entre las que más resalto:

La gente culposa: No solo lo es, sino que también tiende a no hacerse cargo de las cosas, echándole la culpa a otro/a.
La gente víctima: Busca llamar la atención mediante dar lástima. Todo lo que le pasa es lo peor del mundo, ¿cómo le pudo pasar eso a el/ella? Claro, en este caso, me refiero a personas que tienen todos los miembros de su cuerpo, no han perdido ninguno. Gozan de una salud “normal”, más allá de las típicas enfermedades que uno pueda llegar a tener. No están muriéndose de hambre, pero tal vez vean su situación económica como algo terrible. En fin, todo es cuestión de dramatizarlo. Como necesitan una cantidad de atención impresionante (de afecto también, y que se lo demuestren permanentemente) en general pueden resultar densos.
Los que (creen que) dan mucho y reciben poco: Otra forma de “densidad”, ya que estas personas tienen un gran ego, creyéndose que dan todo y que no reciben casi nada, o nada directamente. No pueden ver su exigencia y mucho menos, su permanente autoexigencia.
Los exigentes: Todos tenemos algo de esto, pero me refiero a los que permanentemente están... HINCHANDO LAS PELOTAS (pa’ que quede bien clarito). Y esto, y lo otro, y otra vez más lo otro, y lo de más allá... y que cuándo nos vemos, desaparecido/a (esta persona también, en todo caso). En fin, personas que consumen DEMASIADA energía.
Los fácilmente ofendibles: Estos si que se ganan el premio al mayor ego: se hacen cargo de muchas cosas que dicen y que, probablemente, no eran para ellos/as. Opinan cuando no se les pide opinión, dan consejos no requeridos (parecido a lo anterior, pero no toda opinión es consejo) y les gusta encontrar los defectos de los demás. Ahora... ¡No le vayas a mostrar un defecto, que si no!...
Los que siempre tienen algo que decir: Tienen algunas características de las anteriores, como querer llamar la atención. Pero el rasgo fundamental es que tienen muchas ideas en la cabeza y necesitan largarlas, porque si no, colapsa su mente...

Hay muchas más, pero estas se me vinieron a la mente (y ya hay bastante para desarrollar, pero lo haré corto). La idea de “configuración”, nos recuerda a una máquina, más precisamente, a una computadora. Y pareciera ser así: estas personas, cuando actúan así, lo hacen mecánicamente, como por reflejo. No DISCIERNEN, por eso es como si fueran robots, que solo siguen las órdenes pre-determinadas, las estándar que ya venían en su configuración.

¿Se han identificado con alguna de estas configuraciones, como si uds. fuesen así?




Mal hecho, a lo sumo, han actuado así, pero esto de “identificarse”, o sea, reconocerse así... otra vez hago referencia a ego o personalidad y esencia. Uno NO ES lo que aprendió. ¿Y qué es? Ah, eso es cuestión de cada uno. Descubraló, descúbralo. Si puede, claro, porque con tanto torbellino de pensamientos y emociones dando vueltas, y uno que ni cuenta se da de ellos...

viernes, 7 de septiembre de 2012

El "carácter"


Hace unos días, una amiga me había pedido que escriba algo acerca del “carácter”. Lógicamente, le dije que iba a tener que esperar a que me llegue la inspiración, pero es un tema interesante.

Como hago generalmente, antes de hablar de un término busco su definición literal, con toda la gama de significados que pueda tener. Me han gustado estas definiciones de WordReference para lo que quería expresar (había 6 definiciones en total, pero no todas venían al caso):

1. m. Conjunto de cualidades psíquicas y afectivas que condicionan la conducta de cada individuo o de un pueblo.

3. Firmeza, energía, genio.

Se me hace que “carácter” es como un atributo de la personalidad. No, no digo la personalidad en el término común que le da la gente, sino en su definición más espiritual:
Personalidad o ego es aquello que “no nos pertenece”. Esto quiere decir que es lo que nos enseñan, lo que no venía en nuestro chip a la hora de nacer. Es cierto que, a pesar de lo que nos enseñen, de más grandecitos podemos discernir mejor y formar una personalidad más acorde con “lo nuestro”, que es la ESENCIA. Esta última, es lo que “nos pertenece”; más bien, con lo que venimos al mundo, la experiencia álmica adquirida a lo largo de las encarnaciones. Pero estos conceptos ya están en el texto anterior, “Algo más sobre ego y esencia”.
Volviendo al carácter, es lo que nos enseñan que hay que tener para que no nos pasen por arriba. Un sinónimo sería firmeza, tal como vemos en una de sus definiciones. De este modo, un chico tranquilo, puede cambiar su comportamiento de acuerdo a lo que entienda (y no necesariamente a lo que le enseñen) que tiene que hacer para tener un buen “carácter”. No me parece que esté mal enseñarles a los más peques algo de carácter, ya que si no, los demás niños se los comerían vivos desde el Jardín de Infantes... pero lo que les transmitimos es muy importante, por eso, hay que tener cuidado al expresarse.
Pasemos ahora a hablar de los más grandes: sabemos que hay gente de “mucho carácter” y de poco, con sus respectivos puntos intermedios. A pesar de esto, en mi opinión, hasta los que parecieran que tienen menos carácter tienen rasgos de su personalidad en los que no se dejan pasar por arriba. Esto pasa, generalmente, con las personas de su círculo íntimo. Tal vez sea peor aún: que todo lo que no les dicen a los demás, caiga sobre sus familiares y amigos, o sea, largan todo lo que han reprimido.

En definitiva, no creo que sea tan malo tener algo de “carácter”, pero siempre y cuando lo usemos en forma consciente. ¿Cómo? ¿Ya lo usan en forma consciente? No lo creo... Recordemos cuando alguien nos quiere manipular o pasar por arriba, ¿cómo reaccionamos? Y luego de esto, reflexionen: ¿Nuestra reacción fue como “automática”, sin pensarla, o la tuvimos siendo realmente conscientes de lo que decíamos? Entiendo que la mayoría responderá que eran conscientes (lo responderán de forma automática, vaya paradoja...), pero aun así, invito a la reflexión de nuestras reacciones. Como de más grandes ya tenemos el carácter formado, las reacciones serán similares unas de otras, como siguiendo un patrón. Por lo tanto, me parece que hay que ser inteligente a la hora de “demostrar” carácter; sí, demostrar, o sea, actuar (en este caso, me refiero a ser actor) según cada caso en particular y no siempre igual.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Algo más sobre ego y esencia


Se me ha venido a la mente algo más sobre ego y esencia. Algunos conceptos, tal vez, los haya puesto en el 4º capítulo de Conocete a vos mismo.

¿Cuántas veces una persona cree que “es” tal cosa, cuando en realidad no? Voy a ser más específico: a veces, uno se cree que, naturalmente, es muy troglodita, por tener arranques medio bestiales, como decir que cag... a trompadas a otro por tal motivo. Y si ve, por ejemplo en la tele, a alguien que tiene similares actitudes, dirá: “Este es como yo”. Pero, ¿realmente una persona puede ser tan agresiva? Yo creo que no.

Entremos en un tema que nos explicará mejor todo esto, y voy a ser directo: la humanidad está como dormida (deformada o “enferma” también le calzan como adjetivos, pero mejor dejemos “dormida”), pero soñando una pesadilla, ni siquiera un simple sueño. Es cierto que uno mira atrás y se da cuenta que antes la cosa estaba peor: grandísimas guerras sangrientas (más todavía...), tiranías y poca libertad de expresión y respeto al prójimo. Y eso que hay gente que está de acuerdo con esto que pasaba antes y pide que vuelva, como pueda ser: dictadura, servicio militar, castigar a los delincuentes a la vieja usanza, etc., pero la mayoría de las personas son más lúcidas que esto. Lo que ocurre, en realidad, es que en la actualidad la gente es más sensible; y por lo consiguiente...
No vamo´ a trabajá. No vamo´ a trabajá, no vamo´ a*... uy, perdón, me fui de tema. Decía que si la gente es más sensible, por lo consiguiente, sufre más las cosas que antes no le afectaban, o le afectaban menos.

Luego de esta explicación, podré ser más claro y retomar el tema inicial:
Cuando hablamos de ego (o personalidad) nos referimos a esas actitudes que tenemos en las que nos creemos que somos nosotros los más importantes. No es fácil distinguirlo: miles de justificaciones vamos a esgrimir en favor de una actitud egoica por parte nuestra. Si no tenemos sinceridad de tipo “despiadada” con nosotros mismos, difícilmente detectemos al ego. Pero este último, es lo que “no nos pertenece”, no vinimos al mundo con ego; este se va aprendiendo (y aprehendiendo) a medida que se tiene contacto con el mundo exterior. Una actitud de celos o envidia, una persona que se enoja con otra por tal motivo y no le va a pedir disculpas por “orgullo” (orgullo falso), una persona soberbia que se jacta de ser la mejor en algo, etc., son actitudes que uno va viendo desde chico y cree que “así son las cosas”, que así hay que actuar.
Como contrapartida, tenemos la ESENCIA: esto sería lo que “nos pertenece”, la experiencia álmica con la que venimos a encarnar. El ejemplo más práctico y conocido es el de los más chicos: su pureza y su espontaneidad al expresarse. Es cierto, su alto grado de inocencia, su ingenuidad, no estaría apta para moverse en este mundo lleno de santos y ángeles... por lo que les tendríamos que enseñar algunas cosas que no deben hacer, pero la idea de fondo es ver su pureza. Siempre dispuestos a hacer el bien, más allá de los caprichitos que puedan hacer a veces: tengamos en cuenta que los caprichos los aprenden, ni bien nacen, inclusive. Los babys se dan cuenta con quien pueden joder y con quien no, de acuerdo a la ATENCIÓN que les dan...

Para concluir, retomemos el ejemplo del principio: aquel que se identificaba con quien decía que iba a romper a trompadas a alguien, se perdió de vista, justamente, porque se identificó con la otra persona. Ahora, el objeto de atención es el otro, total, qué problema va a haber, si “es como yo”, nos dirá... Esto también es ego, porque nos han enseñado a tener ídolos, o sea, a fijarnos en otros. Distinto sería tener REFERENTES, que es otra cosa (uno entiende que el referente se puede equivocar, pero que sabe mucho de tal materia, más si da ejemplos prácticos, actuando consecuentemente). Si esta persona que “idolatra” a los violentos pudiera actuar desde su esencia, se daría cuenta de lo que vale verdaderamente, entonces no buscaría afuera lo que tiene adentro. Esto suele parecer filosofía, y lo es, en principio, pero motivadora. Motiva a buscar en uno mismo la razón de su existir, a no andar queriendo ser como tal persona, sino como uno mismo, con el estilo que a uno mejor le parezca. Porque no hay muchas cosas más lindas que la LIBERTAD. Pero la Libertad también requiere RESPONSABILIDAD, porque uno tiene que HACERSE CARGO de lo que quiere. Ya no más culpables afuera, claro, si es que uno mismo decidió ser LIBRE...





* Escuchar o ver la letra de la canción de Rodolfo Zapata, “No vamo´ a trabajar”, cuando habla del día martes.

lunes, 3 de septiembre de 2012

El problema del dinero


Hace rato que vengo notando que la gente no entiende la importancia del dinero. Sí, leyeron bien: IMPORTANCIA dije. Si a alguno no le gusta el “sucio” dinero, puede dármelo, total, después de tocarlo me lavo las manos, ja, ja, ja.

Ahora, más en serio. Lo principal sería entender que en un mundo que se maneja en base al dinero, despreciarlo es una actitud tonta. Uno termina faltándose el respeto a uno mismo y a los suyos, inclusive. Porque necesitamos satisfacer nuestras necesidades básicas, pero si despreciamos al dinero...
Lo que en realidad condenamos es EL MAL USO QUE SE LE DA. ¿Se imaginan si todos los que lo tuvieran fuesen solidarios? Ah no, en ese caso, no existiría, para qué...

Antes de seguir, aclaro que no me parece que el dinero (los papelitos de colores) sea lo más práctico. Tampoco los plásticos con muchos números (tarjetas de crédito) o esos papeles que vienen de a 50 (cheques). Pero la idea sería entender, realmente, que el dinero es como un PREMIO AL ESFUERZO. Ya sé que habrá mil objeciones acerca de esto, argumentando que hay gente que gana dinero “sin esfuerzo”, pero no me refiero a esfuerzo desde el punto de vista de la religión oficial argentina y de otros tantos países, que da a entender que hay que esforzarse (= sufrir, martirizarse) para agradar a Dios (¿vio? Que suerte tienen los ateos, que no le rinden cuentas a nadie...) sino a hacer alguna actividad para recibir la paga. Lógicamente que hay quienes lo ganan honestamente y quienes no, pero ese es otro tema.

Volviendo a lo que había puesto al principio, al referirme a la “importancia” del dinero, estoy diciendo algo así como reconocer “quien manda”. Si en la empresa está el gerente, el es la persona de más alto cargo. Pero si viene el presi, serán sus órdenes las que vamos a acatar finalmente; por eso estaría bueno conocerlo personalmente, para saber quien es el de rango mayor. Con el dinero, lo mismo; es necesario para adquirir productos, servicios, etc., o sea, es “el que manda”. Pero, al igual que en los otros casos, no nos olvidemos de que eso no significa que nos tenga que esclavizar.

En referencia a lo que puse sobre el dinero como premio al esfuerzo, debo decir que no muchos opinan así en cuanto a lo espiritual: creen que este conocimiento debe ser regalado. Además, tal vez la mayoría no entienda qué es lo verdaderamente espiritual, qué es el trabajo interno. Se suele creer que todo tiene que ser “buena onda”, todos bechitos y abrachitos y alabar al otro para generar lindo clima. Un poco está bien, pero en exceso es solo tratar de agradar a  los demás agrandándoles su ego. El trabajo interno es lo contrario: encontrarse los defectos para ir mejorándolos (así tenemos mejores defectos; no, me refiero a mejorar las actitudes que son nuestros defectos)... Por cierto, mucho ojo con “señalarle” los defectos a los demás. Es cierto que, en algunas ocasiones, las personas nos piden opinión sobre ellas mismas, de manera implícita o explícita, y ahí es otra cosa. Pero andar por la vida con el dedo acusador no es lo recomendable, más teniendo en cuenta que uno mismo tiene los defectos que les señala a los demás... Después, viene una parte más linda del trabajo interno: ver las virtudes de uno mismo y ver cuanto hemos crecido como seres humanos.
Pero a lo que quería ir es que a lo espiritual no se lo valora. Tal vez, haya pequeños cursos que presente alguna persona desconocida, o conocida de un amigo, acerca de determinados temas. ¿Uds. creen que se lo va a valorar debidamente? Les puedo asegurar que muy raramente se reconozca el conocimiento que pueda transmitir quien da esos cursos. Y si es principiante, mucho menos. Pero si viene algún “maestro” espiritual al país y ofrece un curso de solo 2 días, a la módica suma de  US$2499, ni hablar que los devotos o fanáticos lo juntan como sea... aunque se presente solo pura teoría y no tengan posibilidad de hacer muchas preguntas ni de tener una asistencia personalizada.

Retomando (y ya finalizando) el tema del dinero, hay otras personas que se creen que por ser amigos o familiares, no tienen por qué devolveren tiempo y forma, el dinero que le prestaron. A menos que entre ellos acordaran que se puede devolver en cómodas cuotas, a veces, del monto de lo que el otro pueda. Pero lo importante es la ACTITUD de quien recibió el “préstamo”: ir de frente y cumplir con lo pactado; que el conocido que le prestó no tenga que andar atrás de el preguntándole si tiene algo para darle o sacar el tema indirectamente.

martes, 14 de agosto de 2012

¿Quién es el responsable de mis problemas cotidianos?


No suelo ser tan pesimista, pero me parece que esto marcará una pauta bien clara, más digna de punto medio que de extremos: ¿Por qué tenemos problemas en la vida? Sencillo: Karma. Bueno, como ya expliqué todo eso, los dejo, ta’ luego muchacho’.



 THE END















Mmm... pensándolo bien, creo que a algunos no les cerrará y culparán a Dios, por haber creado el karma... así que me quedo y sigo explicando lo que me parece:
Los “problemas”, que no son tales en realidad sino una oportunidad única para reflexionar y hacer un cambio, están para ayudarnos a evolucionar. Y por eso es que se repiten algunos, justamente, porque no “aprobamos” tal materia (de la Vida) y allí está nuevamente la Prueba. A veces, aunque ya hayamos aprendido una lección, nos aparecerá de nuevo en la vida, para ver si incorporamos solo la teoría o si somos capaces de volver a aplicar en la práctica aquella lección que se está repitiendo.

Pero vayamos más a fondo e intentemos responder la pregunta inicial: ¿Quién es el responsable de mis problemas cotidianos? Es clarísimo: yo mismo. El “yo mismo” (o “misma”) va para cada uno en particular. ¿Ah, no? ¿Quién es el responsable, entonces? Tu expareja, por supuesto... noooooouuuu, respuesta incorrecta. Nooooo, tampoco lo es tu actual pareja... ¿Será posible? Como le gusta a la gente sacarse la responsabilidad de encima, total, desde chicos nos han enseñado a echarle la culpa a otro, sea en broma o de en serio. Ni tu jefe, ni tus hijos, ni tus padres, etc.: VOS MISMO/A SOS EL/LA RESPONSABLE DE LO QUE TE PASA, carajo (se enojaba el tipo). Bueno, obviamente que la idea era remarcar la frase, no que les suene a grito, a pesar de la palabra posterior (puesta en minúscula a propósito, para que no resalte). Entonces, cada uno es responsable de lo que le pasa. Ahhh, se me olvidaba que hay gente que lo atribuye a la suerte. Según Pablo Neruda, en uno de sus textos: ... La suerte es el pretexto de los fracasados”... Claro que también pueden decir que algo pasó “de casualidad”. Cito, entonces, a Hermes Trismegisto, Sexto Principio Hermético: “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causación, pero nada se escapa a la ley”.
Demasiado lúcido, para mi gusto, señor Hermes: ¿no ha visto que la gente quiere SUFRIR y NO HACERSE CARGO? De todos modos, buen aporte a la Humanidad, de su parte. Y justamente con lo que explicaba anteriormente, el señor George Gurdjieff decía que lo más le cuesta sacrificar a la gente para poder hacer un correcto Trabajo Interno es su sufrimiento. ¡Qué manera de dar en el clavo la de este hombre! Es justamente esa una gran clave.
En otro texto que yo había publicado en este blog, “Cuentito prestado”, relataba que el diablo estaba cansado de ser malo y acudió al hombre con fama de ser el más sabio del mundo para dejar de serlo y convertirse en bueno. Este le explicaba que no es fácil hacerse bueno tan rápido, que hay que tener mucha paciencia y humildad. El diablo le ofreció su propia vida, como supuesta muestra de valor, pero el hombre le explicó que eso no sirve, que muchos dan su vida en un arrebato (esto va para quienes creen que hay que ser valiente para suicidarse: todo lo contrario, hay que ser tan cobarde como para no afrontar la vida para matarse, o simplemente, no aguantar más tremendo karma... de todos modos, este seguirá vigente en la próxima encarnación, así que pa’ que molestarse). A cambio, le pidió si no le podía dar una mano lavando platos y ollas sucias que se le habían acumulado, a lo que el diablo respondió: - ¡AH NO! ¡HUMILLACIONES, NO!
Por si no se entendió: era capaz de dar su vida porque sí pero no era capaz de esforzarse teniendo humildad (y paciencia). Era capaz de ser atormentado entregando su vida, pero su ego era tan grande que su soberbia no le permitía poner voluntad para mejorar. LA SOBERBIA ES EL INDICIO DE QUE HAY EGO (hago referencia a situaciones cotidianas, no a chistes en los que se la utiliza, aunque allí también se puede ver el tipo de personalidad de tal sujeto).

Sintetizando: uno es responsable de lo que le pasa, aunque no vea como pueda resolverlo. Esto se los estoy escribiendo en un estado de ánimo bajo, así que no crean que no tengo “problemas”, solo que sé que cuando esté lúcido se van a resolver (más bien, LOS voy a resolver). A pesar de todo, siento que tengo un gran karma... a favor. Sí, me veo un privilegiado en un montón de cosas, más allá de no poder resolver falencias que me he detectado.
Para terminar, pequeñas observaciones para poder entender nuestra responsabilidad en lo que nos pasa:
Autoobservación: Es fundamental observarnos lo más imparcialmente que podamos. Cuando aparecen las justificaciones, probablemente al ego no le gustó algo de lo que tomamos consciencia y está buscando argumentaciones para justificarlo.
Hacerse cargo: Dejando de lado el “qué dirán” si se enteran que hicimos o que nos pasó tal cosa. Porque si no tenemos el VALOR de afrontar las situaciones, simplemente... estamos en el horno (no se me ocurrió una forma más fácil de ponerlo).
Actuar desde la esencia: O sea, desde lo más natural. No es natural el falso orgullo, esto es, cuando no damos el brazo a torcer. No es natural discriminar, me refiero al racismo, homofobia, xenofobia, etc. En fin, para englobar todo, sería actuar desde el sentido común y no desde nuestra personalidad, que está contaminada por el ego.
Ser optimista: No lo podremos ser siempre, pero vale la pena intentarlo. En todo caso, si seguimos optando por el pesimismo, NO CONTAMINAR CON NUESTRAS PORQUERÍAS INTERNAS A LA OTRA PERSONA.

viernes, 10 de agosto de 2012

El famoso "derecho de piso"


El derecho de piso... de vez en cuando en mi loca-“mente” aparece rondando este concepto y mi desacuerdo con el punto de vista general que se le da al tema.

Vamos a ver la perspectiva de la mayoría: llega alguien nuevo/a al trabajo, escuela, equipo de fútbol, etc. Muchas personas, creen que deben hacerle pagar el “derecho de piso”. Pero, ¿qué quieren decir realmente con esto? Sencillo: pedirle al recién llegado que haga cosas que no le competen, o que nadie tiene ganas de hacer; entonces, que se joda el nuevo... Hasta acá, podemos notar una gran “solidaridad” de parte de los/as nuevos/as compañeros/as... pero hay más aún: también, se le puede pedir algo solo para aprovecharse de que uno tiene más antigüedad, y como no tenía ganas de hacer tal actividad, por qué no pedírselo al nuevo (esto sí que exhibe una gran soberbia. ¿O no? Ah, cierto que en esta sociedad se festeja al soberbio y se reprueba al que intenta ser humilde, aunque no siempre. Si conoceremos grandes masas dormidas, los “cardúmenes”, que no piensan por sí solos y festejan las tonterías que dicen sus “ídolos”, sobre todo, deportivos).
Bueno, dejando de lado la ironía, esto es crueldad, cosa que solo existe en el género humano, dominado por el ego y no por la esencia. Por más que se intenten buscar crueldades en el Reino Animal, no se van a encontrar. Creo que alguna vez expliqué que, por ejemplo, cuando un león caza a su presa, no hay crueldad realmente (claro que para nosotros sí la hay, porque somos más sensibles. Aunque si no fijamos bien, hay humanos que matan animales “para comer”, aun cuando tienen otras opciones. Eso sí es crueldad), o sea, corresponde a un nivel de evolución de un nivel inferior: la especie a la que pertenecía la presa se fortalece, ya que la que fue cazada la más lenta, la menos capaz, la menos atenta... Lo mismo con el león, que si no era capaz de cazar a otro animal, podría morir de hambre, y su especie también se fortalecería al “eliminar” genes débiles (este es un tema delicado, pero si le meten neurona, puede comprenderse). Luego de comer, el león se retira, no se queda tratando acechando a otros animales, porque NO TIENE CRUELDAD, repito, propiedad del género humano, que es capaz de torturar, esclavizar, hacer guerras (sí, contra los de su misma especie), etc.

Volviendo al tema del derecho de piso, vamos ahora a otro tipo de percepción, en mi opinión, más cercana al sentido común: la persona nueva va a sernos desconocida en sus actos, forma de pensar, sentir, etc. Entonces, sería interesante NO PRE-JUZGARLA porque sí. Claro, siendo cautos también ya que, justamente, no se la conoce. De esta manera, para mí, derecho de piso es lo que “paga” una persona hasta que se la conozca bien. Simplificado: debe ir ganándose la confianza de los demás. No va a ser el primero al que se le dé dinero para ir a pagar algo, o un cheque de la empresa para que vaya a cobrar. Pero esto es lógico; en todo caso, la confianza se deposita en un empleado con antigüedad.

Asimismo, los/as “nuevos/as”, también van a ir agarrándole más confianza a otros compañeros. A algunos no, mejor ni pensarlo, por la fama de jodido que tiene ese... aunque este es un pre-concepto que formaron quienes no se relacionaron bien con el.

Resumiendo: el derecho de piso aplicado como la gente considera habitualmente que es, llega a ser cruel. De la otra manera, me parece hasta lógico. Porque se va generando una confianza mutua; cada vez más a medida que pasa el tiempo. O menos, eso no se sabe hasta que se está en el baile...

Bueno, era eso nomás, ya volveré cuando se me ocurra otra cosa. Chau (beso de por medio).

lunes, 6 de agosto de 2012

Desnudo de alma


Evidentemente, desde ayer a la noche ando con una catarsis. Copio y pego de Wikipedia: “Catarsis (del griego κάθαρσις kátharsis, purificación) es una palabra descrita en la definición de tragedia en la Poética de Aristóteles como purificación emocional, corporal, mental y espiritual”. No, 'ta bien, si me ven, no voy a haber cambiado en casi nada y les voy a mostrar la careta habitual... ;-)
Pero internamente sí que estoy con unas cuantas revoluciones. Hoy justamente comprobaba cuantas estupideces están instaladas hoy en la sociedad. Simplemente, pensemos en cualquier tipo de competencia: la idea ya no es solo “ganar”, sino destrozar al rival. Y con los tamaños, sea lo que sea, ni hablar. ¿Qué podría decir yo, que tengo todo grande? (acá no hay chiste). Pero es una tontería, uno no anda eligiendo con qué tamaño va a nacer (al menos, no lo recordamos desde este nivel de consciencia). ¿Saben para que sirve un gran tamaño, unos buenos músculos? Para asistir a quien lo necesite. Puede ser un nene, alguien de menor contextura física, un anciano, etc. Para eso sí que sirve tener un buen tamaño y mucha fuerza, nunca se sabe cuando alguien que esté incapacitado momentáneamente (o en lo que le queda de vida) va a necesitar tu ayuda. Y con respecto al físico, está instalado que está bien que 2 hombres se golpeen. Sí, esa es la idea de fondo. Está bueno que se tenga consideración por la mujer, de contextura física más chica y menos fuerte. Pero si se agarran 2 hombres... 'ta bien, que se arreglen... ¿Pero qué clase de mierda tiene la sociedad en la cabeza? Ah, no, perá: cierto que si se agarran 2 mujeres también está bien, aunque las tratan de separar. También está bien que una mujer golpee a un hombre, algo habrá hecho ese... pero DONDE NO HAY IGUALDAD, NO HAY JUSTICIA. ¿Y para dónde rumbeamos la igualdad? Por supuesto, para el lado de la paz. Para condenar la violencia. Pero esto solo suele quedarse en la teoría, lamentable-mente.

Pasemos a otro ejemplo: llorar. Está mal visto, aunque en los hombres es más “condenable” aun. El tema es que... llorar PURIFICA el cuerpo, el alma y la mente. ¿Saben lo que me costó largar el llanto? Mala enseñanza que a uno le han dado, o que ha asimilado mal, aunque lo primero es lo más factible. Me hizo enojar mucho que me cueste horrores intentar llorar en soledad, ni siquiera era en presencia de alguien. Pero bueh, con eso, una pequeña siestita/descanso (más descanso que siesta, por cierto) más una meditación, logramos elevar el ánimo.

También se llevó sus palos el fútbol: ¿Tanto problema por las derrotas de Boca y River? (con la primera me reí, con la segunda, no, pero tampoco sufrí, como hubiese hecho algunos años atrás). Ya me había enojado hace un mes atrás con los hinchas argentinos, pero el problema no es de afuera, sino de adentro: pa' que darle tanta importancia al fubol. Eso es, pasa que uno hizo amistades con este deporte, además de pasar buenos momentos... cuando ganaba, bueno y cuando perdía, aun así, a veces tampoco era para tomarlo tan a pecho.

Resumiendo, mis esquemas mentales se han quedado muy golpeados (hurra, dice la esencia). Esto sería, el ego. O sea, esa figura que carece de forma física, pero que se reconoce porque siempre tiene soberbia.
Les voy a dar ejemplos acerca donde se lo ubica al ego, frases hechas y cotidianas: “A ese no lo perdono nunca, es imperdonable lo que me hizo” (Bien ahí, de esa manera, esta persona alimenta sus pesos, sus “piedras” en el alma y se expone a enfermedades... ¿No entiende este individuo que si lo perdona no es para que el otro se sienta bien, sino para no cargar un peso innecesario el mismo?). “¿Cómo me va a hacer eso A MÍ?” (Bueno, pero tampoco tomárselo tan personal... a lo mejor la otra persona ni cuenta que te lo estaba haciendo JUSTO a vos, el centro del Universo...). “No puedo reconocerle mi error, es una cuestión de orgullo”. (Claro, de FALSO orgullo, porque una persona VALIENTE reconocería su error mediante la grandeza de la humildad). “Es por tu culpa”. (Otro cobarde más, que no se hace cargo. Y aunque fuese responsabilidad de la persona de enfrente, no hacía falta ser tan desconsiderado). “No me lo merezco, no valgo tanto”. (La falta de autoestima también es ego, porque es falso. No se vale ni más ni menos que otro, aunque es cierto que hay gente más capacitada que otra para determinadas labores, aunque esto no la haga valer “más”).
Esto lo hice para dejar en claro el concepto que tengo de ego, aunque tal vez en psicología tenga otro significado. Pero no soy psico-loco, así que... ‘na broma, che, que le tengo mucho respeto a los psicólogos. El término ego lo expliqué desde un punto de vista, más bien, espiritual.

Dicho sea de paso, todo lo que plasmo en mis escritos y lo que puse en mi libro, lo aprendí estudiando. ¿¿¿Cómoooo??? ¿Jose estudiando? Sí, pero no estudios del tipo terciario o universitario, sino mediante cursos.

- Ahhh, pero esos no sirven, hay que estudiar en la Facultad para ser alguien en la vida...

¿Nunca escuchamos eso? Ah, menos mal, me parecía raro ya, que dijeran que no. Me temo que lo que aprendí tiene un altísimo valor, en realidad son pautas muy claras para proceder en la vida cotidiana. Pautas simples, también, pero que no se aplican de manera práctica en la actualidad (ni nunca, hasta ahora) sino por pocas personas. Por eso a veces Josesito es medio loco o raro (rarito no, ¿eh?) en su proceder. Pero me falta bastante para aplicarlo más en la práctica; mientras, vamos ensayando. Y también ya puedo enseñar esos ejercicios y prácticas tan importantes, así que si alguno quiere, avíseme, que le concedo una entrevista. Si veo que tiene “madera”, entonces ya veremos si puedo empezar a ser instructor en esa materia. Llamémosle: “Instructor de almas”. Queda lindo, pero no es el nombre, ni siquiera lo tiene, porque esta Enseñanza no tiene esas complicaciones. De todos modos, uno no puede evitar adaptar lo que aprende a su estilo, o sea, no todo lo que digo es tal cual lo marca esta Enseñanza, desconocida por la mayoría, sino que trato de transmitir lo que capté, que es bastante, según me dijeron.

Bueno, me despido. Hasta la próxima.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Y si desencarnara hoy, ¿qué? (3 de 3)


Después de 2 partes de introducción, explicación, desarrollo, etc., llego al final, a la parte más fuerte:

“Y si desencarnara hoy, ¿qué? ¿Acaso no todos vamos a hacerlo? Sí, está bien, tal vez me de miedito al acercarse el momento, eso no lo sé. Pero no veo por qué, si se supone que lo que sí sé es que solo mi alma saldría de mi cuerpo y hasta puede que yo estuviera totalmente consciente, pero de en serio, no como en ese estado de sueño en el que pareciéramos andar en la vida cotidiana. Pero no... Hay conceptos que se quedan arraigados, esos que nos enseñan de chicos y que se podría resumir en: muerte = extinción total. Aunque pinten cielo e infierno, se supone que ya no estamos más “viviendo”. Así que eso me dejó de cerrar hace rato, pero como las ideas que uno aprende en los primeros años a veces se quedan escondidas en la mente (y en el alma)...

Pero eso no sería tan duro, hay algo peor: el sufrimiento de los familiares, amigos y conocidos. ¿Cómo poder evitarlo? Bueno, además yo soy joven, así que más sufrimiento aún. Yo también sufriría ante la pérdida de un ser querido, pero me da la impresión que me lo tomaría de otra manera. Lloraría, por supuesto, pero terminaría metiéndome en la mente la idea de que el sigue su camino; el camino de la vida eterna, pero lo voy a extrañar. Entonces, ¿cómo explicarles a los de mi entorno el tema “encarnaciones”? Sí, algunos saben el tema, pero en teoría nada más. No parecieran aplicarlo en la práctica al hablar de gente fallecida. Pero que sé yo, tampoco yo ando hablando de esto con la mayoría, entonces yo tampoco expreso estas ideas con los demás. Nuevamente, ¿cómo explicarles a los de mi entorno el tema “encarnaciones”? Nada fácil. ¿Se podrá tirar en una conversación si se bordea algo acerca de la muerte? Puede ser... Si los más allegados supieran de estas cosas, imagino que tomarían la muerte como algo más natural, como la toman los animales. Pero si uno mismo no toma la muerte como algo tan natural...

La verdad, que nada de entierro para mí, ¿eh? Tampoco, nada de velorio. Imagínense, andar gastando tanta guita por algo que ya no sirve (el cuerpo que se va descomponiendo). Bueno, pero eso sí: pueden dar todos los órganos que pudieran servir en un futuro para otros. Pero no te firmo un papel de donante ni por asomo: uno tal vez esté internado y muy grave y, por otro lado, necesitan un corazón para otra persona. Como hay pocas posibilidades de que me salve, “priorizan” que no haya que hacer mucho esfuerzo por evitar que me vaya y, de paso, obtener el corazón a transplantar, total, taba firmado el papel. Bueno, igual, me hice toda la película, es cierto, pero quería dejar en claro mi opinión con respecto a eso.

Bueno, culminando el asunto, non preocupare, que tengo toda una vida por delante. Pero antes de ir a acostarme se me ocurrió que podría escribir sobre esto. Creo que si desencarnara hoy... el mundo seguiría girando, así que no hay nada por hacer, eso pasa a menudo. De algún modo u otro los familiares deben adaptarse. Pero como no me parece que vaya a pasar, mejor seguir haciendo mi vida, y escribiendo, cosas más lindas, la próxima, en serio.

Hasta la siguiente “inspiración” :-)

lunes, 30 de julio de 2012

Y si desencarnara hoy, ¿qué? (2 de 3)

Segunda parte del texto que escribí hace una semana. Tengan en cuenta que fue a la mañana. Esto les servirá para entender la parte final de esta... parte... ¡Qué redundante!

Bueno, vamos al texto:

Con respecto al karma y a la reencarnación, a mí me da la impresión de que todo es evolución en la vida y a través de las distintas encarnaciones, también. Si se fijan bien, podr...

- ¿Cómo que todo es evolución? ¿Y los violadores, asesinos, torturadores? ¿Qué aprendieron en la otra vida? Bonita evolución, ¿eh?
- Ah, claro, interesantes preguntas, tiene razón.
- ¡¡¡Claro que la tengo!!!
- ...
- ¡A esos hay que agarrarlos a todos, llevarlos a Plaza de Mayo, atarlos y apedrearlos, así los demás aprenden y ven lo que les pasa si actúan así!
- ... Ok, ¿quiere que le explique lo que me parece a mí?
- Por favor, si es tan amable...

Hay quienes no han tenido una o más experiencias muy enriquecedoras que digamos, aunque todas lo terminan siendo, pero si uno elige el camino del sufrimiento, está eligiendo el más lento. Entonces, si no tiene un, digamos, “saber del alma” medianamente amoroso, puede que no entienda por qué está mal matar, por ejemplo, aunque eso hasta termina siendo obvio si se usa el sentido común.

- ¿Y por qué iba a tener un...? (¿Saber del alma dijo...?) ¿Por qué tendría que haber obtenido un saber del alma amoroso? ¿Qué tiene que ver el amor con la evolución?

Veo que ud. hace preguntas interesantes. Hay un concepto que yo leí un par de veces y me quedó grabado: “Evolucionar significa acercarse al amor”. Esto me resuena internamente, no sé si se lo voy a poder explicar científicamente.
A mí se me ocurre que Dios es como un Padre Amoroso, no necesariamente con forma humana, ni tampoco que tuviera que ser blanco y hombre... No me quiero ir mucho, pero debo decirle que creo que el Dios que tenemos como imagen en este mundo suele ser muy... terrícola... Pero bueno, retomando, este Padre-Madre amoroso, que para mí es algo así como Energía (como para no adoptarle una forma humana), no castigaría ni premiaría a sus hijos en exceso, más bien, les enseñaría. Suponga que los hijos no le entienden. Entonces les va “explicando” a hermanos mayores que tal vez lo entiendan, para que ellos les expliquen a los más chicos.

- ... Debo confesarle que no entiendo nada.

No se pre-ocupe, puede que tampoco sea yo muy claro. Mejor volvamos al tema de la relación entre amor y evolución: esto es como una intuición que tengo, fundamentada inicialmente, por haberla leído, pero me resonó por dentro, como le había dicho antes. La cuestión es que el Amor es algo que se debe sentir, no sé si lo podría explicar bien intelectualizando, o sea, con palabras. ¿Cómo describir lo que se siente por la persona amada? Si se logra, se está denigrando el sentimiento, porque no se llega a expresar completamente. Bueno, tal vez un poeta sí lo logre hacer con una gran eficacia. De todos modos, lo importante es entender esto. Además, para mí el amor no debería ser expresado nada más hacia la pareja, o hacia conocidos y familiares, eso se puede experimentar por cualquier persona. Y otra característica que a la gente se le escapa es que, en ocasiones, hay que ser severo y eso también es amor.

- Me parece que ud. está... ¿cómo decirlo?... Delirando, no se ofenda, por favor.

Ja, ja, ja, ja, parece delirante, ¿no? Pero se lo trataré de explicar: ¿Qué haría ud. si ve que un nene chiquito va a cruzar una calle peligrosa? Lógicamente, no sabe lo que va a hacer, tal vez se escapó de los padres, o va hablando con sus amiguitos y no se da cuenta. Entonces, podría ser severo al pegar un grito como “¡CUIDADO!” o si está cerca, dirigirle una mirada y decirle “¡NO!”. Puede que el pequeño se asuste y comience a llorar, pero mejor que así sea, ya que le quedará marcado que no debe cruzar la calle sin supervisión de mayores. Aparte, habrá evitado un grave accidente.

- Mmm... qué raro... con este ejemplo me quedó todo más claro, me parece que todo lo que dijo terminó... ¿cómo decirlo?... Ah, ya sé: pareciera como que todo quedó enlazado. Recuerdo que algunas de estas cosas las había leído en un libro... ¿Cómo se llamaba?... Ah, claro, “Conocete a vos mismo”. Medio delirante ese muchacho también, ¿eh? Bueno, lo dejo que me voy a buscar a mi nieto al jardín, ta luego.

- Ta luego señor, un gusto charlar con usted.

Menos mal que le quedó bastante claro al final, no sé si a los demás les cierre esto aunque sea medianamente. Mmm... ahora que lo pienso: No sé por qué a veces cuando estoy escribiendo un texto se mete algún transeúnte, que solo “Pasaba por aquí”...